Y allí, en medio del stand, una de las grandes tenía un póster sobre la malaria. Por fin. Esperemos que estas cosas no sean sólo por lavado de imagen, y presuponemos y aplaudimos, que la compañía con sede en Suiza esté realmente luchando por conseguir un remedio al paludismo. África está cambiando, y el crecimiento económico que sufre a lo mejor se convierte en un nuevo campo interesante para las farmacéuticas.
Me cuentan los ancianos que ahora rondan los 80, que cuando ellos eran pequeños tomaban quinina. Que amargaba como mil demonios. Pero a día de hoy, no queda Malaria en la Extremadura que vivieron aquellos jóvenes.
Sueños como el del Dr. Alonso o de grandes compañías como Novartis nos hacen creer que otro mundo es posible. Aunque sea en París, y mientras hace frío.
A. Barbón. París, Congreso EAHP del 13 al 15 marzo 2013 |
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