Lo bueno de los tratamientos es que a
veces funcionan. Pero alguien me decía que fundamental es también
el realizar un diagnóstico correcto. Cosa que a veces puede ser
difícil estando en Kimbondo. Hablemos de las patologías un poco,
que por esto somos un blog de enfermería tropical.
Quizás el mayor problema al que nos
enfrentamos en Kimbondo, por el número de casos que evidenciamos, es
la anemia. En sus diversas formas, desde la drepanocitosis hasta la
anemia provocada por la malaria o por una carencia de nutrientes y/o
hierro. Ya os comenté el hecho de que aquí se alcanzan los
límites del cuerpo humano, pero la anemia es un fuerte enemigo con
el que debemos lidiar todos los días.
Hace unos años el Padre Hugo construyó
uno de los centros de transfusión más modernos de las afueras de
Kinshasa. Gracias al trabajo de este centro se hacen campañas de
donación, y se atienden transfusiones a diario y a todas las horas
del día. Nunca había imaginado que canalizar una vía periférica
pudiera ser tan dificil. Los edemas son un mal compañero para
ayudarnos en esta tarea. Si a esto le sumamos las tensiones tan
bajitas... se convierte en un reto el conseguir venas donde
puncionar... además son tan pequeños...
Otro de los grandes grupos son las
infecciones. Parasitarias como la malaria, víricas o bacterianas. El
número de infecciones es bastante alto en general todo el año.
Ahora porque estamos en la estación seca y fría, hay más casos de neumonías. La sequedad del ambiente (con muchísimo
polvo y contaminación) no es un buen colaborador en la situación ya
de por sí débil de algunos niños. El tifus o el dengue, así como
la tuberculosis o la meningitis son patologías bastante comunes acá
en Mont Ngafula. Chorros de antibióticos y antipériticos corren a
diario por la pediatría (sin tener muy claro el hecho del
cumplimiento terapéutico total para evitar las resistencias...). Que
quede claro, usamos cuatro tipos de antibióticos. Pero parecen eficaces.
Y la malnutrición. Quizás uno de los
males, o de las patologías más injusta. Podemos ver como hay veces
que aparecen pacientes realmente desnutridos, pero lo que más me
llama la atención es la situación de gran parte de la población.
Éstos no sufren una desnutrición gravísima, pero sí de una
moderada que condiciona cuasi todo en sus vidas. La escasa variedad
de la dieta congolesa no ayuda a que la situación pueda mejorar.
Encontramos costumbres como la de sólo desayunar y cenar (casi
siempre los mismos alimentos), o la de sólo comer hidratos como el
pan, sin que haya aporte vitamínico o proteico suficiente. La
malnutrición no es, por tanto, un problema de los niños que hemos
podido ver por la tele, si no de una población infantil global que
no tiene lo suficiente para comer correctamente. Todo ello tiene
repercusiones a nivel de desarrollo del niño fundamentales. La
capacidad de aprendizaje, de atención, de desarrollo de la
inmunidad, … (ver coste del hambre en África y Etiopía) El eslogan de dieta sana y variada aquí es realmente
un problema, pero en dirección contraria a la nuestra. Aún así
persiste la costumbre ancestral, que creo que protege la
supervivencia de la especie, de que primero comen “los primeros”
(el macho alfa, y las crías más fuertes) y lo que sobra es para el
resto. Hablamos de alimentar familias de 8-10 personas en un país en
el que los supermercados grandes tienen policía armada en la puerta,
así que imagen los precios de los productos que te permiten tener
esa dieta variada...
No quiero hablar de malformaciones y
demás, que como en todos lados, también se dan (muchas veces
provocadas por las malarias u otras enfermedades que las madres
padecen) o del VIH, quien se sigue cobrando miles de vidas... En fin, una variedad bastante controlable, pero
rara de ver en España. Ahora asocien una anemia grave, con una
malaria y una malnutrición. Todo ello en un paciente pequeñito, en un bebote, en un cocó que dicen por acá...
¿lo mejor? El cuerpo humano lucha sin parar, obrando milagros a
diario. A diario.
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