Lo bueno de la gente con experiencia es
que, si abres bien los oídos, puedes sacar algunas buenas
reflexiones. Llevo 3 años estudiando enfermería y acabo de caer en
que todas, absolutamente todas las enfermedades, tienen un coste
mental o sicológico. Por muy leve que sea. Nunca deja uno de ser los
suficientemente tonto. Hemos hablado de la Iglesia, de la pobreza
congolesa, de la forma de ser de los congoleses... pocas conclusiones
pero muchas reflexiones. Iglesia de hombres, reparto de riqueza por
hombres, congoleses que son hombres... parecemos nuestro propio lobo,
lupus.
Sonya sigue mejorando, esperemos darle
el alta en breve. La lactancia materna es eficaz (grandes patrones de
enfermería) y la ganancia ponderal de peso también es buena. El
problema de la cultura africana es que, acudir al médico u hospital,
es el último recurso. Así pues, muchas de las veces
es demasiado tarde. Aún así, el buen ritmo sigue, y médicos y
enfermeras siguen salvando muchísimas vidas gracias al impulso de
Mamá Ncocó y del padre Hugo. Decía que es un último recurso por
muchísimas razones. Por un lado, las distancias son muy largas por
los intransitables caminos. Por otro, nos encontramos con el miedo al
coste de la atención e incluso con las creencias en las curas
chamánicas que siguen vigentes en muchas poblaciones (con las graves
consecuencias que ello tiene: hemos lanzado una campaña de
sensibilización para la población promoviendo la atención médica temprana
de los más pequeños).
Uno de los nuevos proyectos de la
pediatría son los niños mayores. Como sabéis es una pediatría -
orfanato, eso quiere decir que hay muchos niños que son criados
aquí. Crecen, van a la escuela, ... Y, felizmente, llega un día en
el que cumplen los 18 y algo hay que hacer con ellos. Es una
pediatría y aquí no se pueden quedar. Hasta ahora estos jóvenes permanecían en algunos pabellones ocupando salas con poco uso, ya que el gran amor sentido por el hijo criado imposibilita al padre el botarlos a la calle. Hoy
les hemos trasladado a una nueva casa que se compró para
ellos. Y con los jóvenes se ha instalado un educador. Juan Bautista.
Un niño soldado angolés que llegó a Congo huyendo de la guerra.
Aquí conoció al Padre Antonelo que le dio un hogar y una educación.
Y todo ello le convirtió en un joven educador y rehabilitador
social, que desde hoy se encarga de ayudar a los jóvenes de
Kimbondo a encontrar el camino para la reinserción socio-laboral, como una vez hicieron con él.
Una historia maravillosa. Juan ya trabajaba en la pediatría desde hace unos meses echando una mano en la casa Patrick, desde esta tarde, lo hace en la nueva casa. Pero ahora es
jornada completa. Antes iba y venía todos los días, esta noche es la primera que pasa con ellos en el palacio. Es curioso como se le ha contratado. Salía
de su turno en casa Patrick, y, sobre la marcha se le ha recolocado
de puesto, y de casa para dormir. Ya no tendrá que viajar todos los
días, se queda con nosotros. ¿Lo más curioso? Hoy celebramos su
santo. Feliz día de San Juan, feliz proyecto.
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