miércoles, 12 de junio de 2013

Si oyes cascos... piensa en cebras


La sala de espera se me hace diferente. La gente está en la calle, construir sale caro, así que hablamos de pabellones donde el espacio para atender a toda la gente que acude se maximiza y al familiar le toca esperar fuera. 
Las patologías son diferentes, dicen algunos, pero si lo miramos bien, la fisiología también cambia. Veamos los niveles de hemoglobina, por ejemplo. Este dato suele ser el que el médico utiliza para ordenar una transfusión (generalmente va asociado a unos signos evidentes para los sabios) y cuando baja de 8 puntos, los doctores suelen recomendarlo. Aquí se espera hasta el 6 ó 5, y la gente hace vida con variables de este estilo asombrosamente bajos (para nuestra opulenta vida).
Pero como decía, la gente espera en la calle. Durante el día bajo un pequeño panel de metal, para protegerse del sol. Cuando éste cae, lo que encuentras son muchas mamás acurrucadas casi siempre en grupo y ocultas por un pareo grande y fino. Siempre pensé que era para quitarles el frío, ahora me pregunto si también les protege del mosquito. Porque deberéis saber que se camuflan de tal forma que, entre la oscuridad sólo distingues colores chillones mezclados con oscuros sin poder atisbar ni tan siquiera los ojos.


Ser africano es una forma de vida donde se pone a prueba la maquinaria que es nuestro cuerpo. Y los límites parecen bastante altos.
Y sí, las patologías son distintas. En el cole de enfermería aprendí sobre la fiebre, y el niño. Y hay descrita una patología que engloba a los dos. Ayer me decía el doctor que en África, cuando hay hipertermia, lo primero que te tiene que venir a la cabeza es la malaria. Si oyes cascos al trote piensa en caballos, no en cebras, me decía una buena amiga. La regla también funciona aquí. Sólo debes cambiar caballos por cebras. Si evidencias fiebre, piensa en malaria. No lo olvides si viajas a la tierra del mosquito. Kolala malamu (que duermas bien).    


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