Lo bueno de la pediatría es que no es
como el Congo. Lo malo de la pediatría es que los niños que crecen
aquí algún día deberán salir a la calle a buscarse la vida. Y
como la pediatría no es más (ni menos) que un pequeño paraíso, la
cosa se complica. Aquí el Padre Hugo Ríos y la doctora Laura Perna
han conseguido que los niños coman tres (o cuatro) veces al día. Se
asean a diario, van a la escuela y tienen atención médica. Lo que
podríamos denominar una atención integral, que dirían los listos.
Pero eso sólo ocurre acá y en muy pocos sitios más.
Para todo eso se vale de un batallón
de trabajadores (alrededor de 140) y una legión de voluntarios.
Todos los meses llega desde Italia una remesa para el pueblo de la
pediatría de alrededor de 50.000 euros. ¿se imaginan mantener a
cerca de 1.000 personas entre trabajadores, niños, profesores,
mantenimiento?... mucho mantenimiento. Todo en África se arregla,
tirar no es una costumbre muy usada.
Una de las patas indirectas de la
pediatría son aquellos que suministran cualquier cosa al centro, lo
que denominaríamos beneficiarios indirectos. La panadería, la
fotocopiadora, las tiendas de suministros de todos los tipos (arroz,
cosas de electricidad...), así que no son sólo los niños los
beneficiados con el trabajo hecho aquí. Si no también otros muchos
congoleses que reciben aquello que viene desde Italia (y ahora
España).
Hoy hemos colocado parte del material
que hemos traído. Hemos estado haciendo labores propias de
enfermería. Básicamente alimentación infantil y cuidados básicos.
Curas... Las heridas aquí son bastante espectaculares. La
alimentación básica (con poca proteína) no ayuda mucho a la
cicatrización de todas esas heridas infantiles.
Lo bueno es que siempre pueden
sorprenderte, un niño discapacitado que anda, un autista que se
acerca y te sonríe, un malnutrido que sale de la sala de cuidados
intensivos... una enfermera que hace lo que se supone que debería
hacer...
¿qué hago por aquí? Básicamente
cosas de enfermero raso, que diría el otro... curas a montón (las
heridas están realmente infectadas y malolientes muchas de las
veces), dar de comer a aquellos que no tienen quien les dé,
organizar para que trabajen, enseñar cómo hacemos las cosas en
España y tratar de que lo hagan...
Otros voluntarios están para
atender los baños de los más pequeños, para diseñar y construir
las instalaciones nuevas... en fin, somos una gran familia que se
reparte las tareas más o menos ordinarias. Pero, si estás leyendo
esto, quedas oficialmente invitado a probar esta otra forma de vida.
¿otra forma de vida? Un ejemplo. Por aquí hay un italiano que vive
aquí, joven, enfermero. Pues bien, hoy papá Wili (congolés) se me
acercó para darme un regalo para el joven italiano. ¿adivinan? Un
desodorante.
Espero que las fotos les gusten.
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